María

Cada decisión que toma María está dirigida por su corazón. Después de trabajar en varios restaurantes españoles de renombre como chef, finalmente ha descubierto la conexión correcta dentro de su forma de cocinar. Fuera de la cocina, María sueña con viajar por el mundo para conocer nuevas culturas. Siempre dispuesta a aceptar lo que la vida le depare, cree que aprender y ver la perspectiva diferente de uno es la clave para convertirse en una verdadera persona de mente abierta.

“Nací en un pueblo cerca de Ferrol – en As Pontes. Mi infancia fue muy bonita: junto con mis seis hermanos pasamos mucho tiempo jugando en la calle. Terminé la Universidad y me diplomé en Relaciones Laborales a los 22 años”.

Sin embargo, en ese momento de vida María se sentía un poco perdida. Cuando terminó los estudios no quería trabajar en una oficina. Un día, la joven graduada fue a trabajar a un campamento y descubrió accidentalmente que disfrutaba el tiempo que pasaba en la cocina. Ese fue el punto de inflexión en su carrera. María comenzó a estudiar cocina y pastelería. Su interés inicial se convirtió en trabajos en algunos de los mejores y más prestigiosos restaurantes de toda España.

“Trabajaba en restaurantes con estrellas Michelin en Zaragoza, Asturias, Coruña, Carballo. En ese momento, era muy importante para mí rendir al máximo, hacerme conocida en el mundo de la cocina. Fueron tres años muy duros pero también muy bonitos”.

Posteriormente María empezó a tener algunos problemas relacionados con la salud y regresó a su pueblo. Fue también el lugar donde abrió su primer negocio propio. Durante cuatro años complicados, el negocio se estaba desarrollando, pero también su enfermedad no se quedó atrás. Al final, María se derrumbó y tuvo que cerrar todo.

“Me tomó mucho tiempo recuperarme de la crisis existencial, personal y profesional. Me sentía realmente deprimida. Después de un año y medio, comencé a buscar trabajo nuevamente. Inicialmente no quería trabajar en hostelería, quería dejarla. Pero como tengo mucha experiencia en la cocina y mi currículum es bueno, fácilmente podría conseguir un trabajo en un restaurante. Al principio trabajaba 60 horas semanales en La Coruña pero me sentía agotada. Luego, encontré esta oferta en Ferrol y conocí a la propietaria, Alicia. Lo que me gusta es que no me están exigiendo formalidades que no me apetecen – sobre la ropa, la forma del trabajo. Ya llevo 2 años trabajando aquí. Aquí estoy trabajando como jugando. Es muy divertido.

Para mí fue un gran cambio en mi forma de cocinar. Anteriormente los profesores siempre me enseñaban a cocinar desde el punto de vista académico. Me enseñaron cómo se suponía que debían hacerse las cosas con precisión. Fue un punto de vista muy masculino. Durante mi crisis, hice un curso muy potente de macrobiótica – una forma de alimentarse basada en el yin-yang y la naturaleza. Gracias a eso, comencé a ver la cocina de manera completamente diferente. Me había olvidado a mí misma el cariño y el corazón que nuestras mamás y abuelas ponen en su cocina. Esto no es algo que se enseña en la escuela. Esto me abrió la puerta nueva para hacer las cosas diferentemente, fue un gran descubrimiento”.

Este verano puede ser el último para el restaurante «Tía Carmiña». María no sabe lo que le traerá el futuro, pero se siente perfectamente bien con lo desconocido.

“Siempre me hice muchas preguntas sobre la vida. Ahora, acepto cada vez más de lo que la vida me manda. Llevo años haciendo sonoterapia que es una forma de trabajo a partir de instrumentos sagrados. Me dio la sensación de simplemente «dar un paseo» por la vida y aprender la humildad y la sencillez de las cosas.

Como me cuesta trabajar en algo que no «siento», siempre he querido encontrar una vocación. Algunas personas de hostelería me llaman hoy en día porque ese es mi curriculum. Sin embargo, ese ya no es mi camino. Me gustaría tener los fines de semana libres, más tiempo para mí, para hacer talleres y poder vivir una vida más equilibrada con el trabajo”.

Hablando de migración

Aunque María nunca ha viajado fuera de España, su mente permanece abierta y lista para conocer nuevas culturas.

“Los miembros de mi familia eran inmigrantes. Mi abuelo paterno se fue a Cuba y volvió. Mi abuelo materno y mi madre fueron a Francia y volvieron. Esta experiencia te cambia la mentalidad. Ves otro mundo que no es tuyo, aprendes a valorar las cosas. Si ves las mismas cosas todo el tiempo, crees que este es el centro del mundo. Y no es así «

“Creo que en España hay 2 tipos de migración – la socialmente aceptada y la que no. Si tienes una posición académica más o menos buena y eres una persona blanca – creo que eres bien aceptada y puedes venir a trabajar aquí. Si tienes otro color, no tienes dinero – creo que no es fácil venir a trabajar aquí en España. Son dos situaciones muy distintas”.

«La pregunta: «¿todos los inmigrantes deberían obtener un permiso de trabajo?» es muy compleja. Debería ser respondida por políticos que supuestamente tienen más información, más conocimiento. Personalmente, me cuesta aceptar que un papel esté por encima de una vida humana. Sin embargo, también entiendo que debe haber una forma de regular eso para tener un poco más de equilibrio. No se puede decir: «¡venid todos aquí!». Pero tampoco nadie debería trabajar aquí sin papeles como si no existieras. Tiene que haber un término medio entre la regularización de los documentos y los derechos humanos.

Hay gente que está en contra de los inmigrantes. Yo con esta gente no suelo entrar en conversaciones porque no la voy a convencer. Estas personas tienen su forma de pensar, creen firmemente en sus ideas y no ven que hay otras formas. Entiendo que es complicado. La gente siempre tiene que estar por encima de las cosas.

En la sonoterapia aprendemos que la vida tiene un orden perfecto. Las cosas que aún no entendemos, tienen un sentido y un porque. Es importante distinguir entre lo que puedes cambiar y lo que no. Existe una opinión general de que «la gente que viene de fuera toma los puestos de trabajo de los españoles». Pero no comparto esta opinión. Ferrol es un sitio de polaridades. Aquí es donde nació Franco. Es un lugar tanto de derecha como de izquierda.

España es un país de izquierda.  Lo que pasa es que ahora mismo la izquierda está muy difuminada – dividida en muchos partidos. La gente empieza a notar los problemas de la política. El partido Vox, que es de ultraderecha, es la tercera fuerza en España en ese momento. Está creciendo mucho. Los lugares con más nacionalismo en España son Cataluña, País Vasco y Galicia. En España cada región tiene sus peculiaridades. Las regiones son muy diferentes, por ejemplo Andalucía no tiene nada que ver con Galicia. No es ni mejor ni peor. Es diferente. Todavía podemos vivir todos en una comunidad. Hay personas que son nacionalistas pero no independentistas.

Lo más importante en la vida

Lo más importante en la vida es vivir desde el corazón, a través del corazón y con humanidad. Lo que te pase, lo que sea – es importante pasarlo un poquito por el corazón. Yo lo intento mucho.

Juan

Juan Paisanos

Juán estudió ingeniería civil en Colombia. Junto con sus hermanas menores, decidió dejar su país de origen y reunirse con su madre, que escapó a España hace más de dos años. Afortunadamente, ahora puede continuar sus estudios en A Coruña y trabaja legalmente. Juán espera ser el primer graduado de la familia, aunque su mayor sueño sigue siendo siempre el mismo: construir una nueva casa para sus padres.

“Durante el sexto semestre de mis estudios en Colombia, decidí dejar el país y venir a España. Cuando llegamos, no sabía nada del lugar donde íbamos vivir ni de su cultura. Afortunadamente, mi familia y yo conocimos la persona adecuada que estaba en el lugar adecuado: Soledad de la asociación Movilidad Humana. Ella nos acogió y me ayudó a encontrar la universidad donde sería posible terminar mis estudios. Desde ahí todos juntos fuimos avanzando poco a poco, conociendo Ferrol, diferentes comidas y nuevas costumbres como la tradición de dar un beso solo en vez de dos! ”

La razón de la migración de Juan de Colombia a España radica en la historia de su madre.

“En el pasado, muchas personas fueron secuestradas y abusadas en Colombia, incluida ella. Cuando eso sucedió, mi madre aún era una niña y la única que realmente sobrevivió. Aunque todas las personas que estuvieron detrás de ese crimen fueron imputadas y condenadas a la cárcel, la tranquilidad no duró mucho. Cuando mi madre decidió compartir su historia como la única superviviente, el caso volvió a descontrolarse y toda la familia empezó a recibir numerosas amenazas. Por eso mi madre se fue del país sin saber nada de España. Nos unimos a ella después de un tiempo. Nuestro padre iba a juntarnos, tenía el vuelo planeado para el 15 de marzo. Pero por el coronavirus el día 14 cerraron las fronteras. No había otra manera para llegar, tuvo que quedarse en Colombia».

Antes de llegar a La Coruña, Juan era ciclista. Cuando llegó, unos nuevos amigos le prestaron una bicicleta y pudo participar en una competición.

“¡Resultó que gané esa carrera! El premio no solo me empoderó mucho, sino que también me ayudó a hacer nuevas amistades – fue una cosa que motivó a conocer más gente, que luego empezaron a llamarme ‘ven con nosotros’, empezaron a convertirse en amigos.

Casi todos mis amigos son de otros países, sin embargo un amigo gallego me dijo una vez: ‘cuando haces amistad con un gallego, tienes un amigo para toda la vida. Al principio estamos muy cerrados, no damos mucha confianza. Pero luego cuando finalmente nos abrimos, nos convertimos en amigos para siempre’.

Juan disfruta vivir en Ferrol con su madre y dos hermanas menores. Una cierta ventaja de Ferrol es su tranquilidad y seguridad que no siempre ha estado presente en el pasado de su familia.

“Me gustaría volver a Colombia en el futuro pero no sé aún cómo y cuándo. Como refugiado, mi permiso de residencia está todavía «en progreso». El gobierno tiene 3 años para responder. Si la respuesta es «no», no puedo trabajar durante esos tres años. Ser estudiante no ayuda en este caso. Cuando terminas la carrera si no tienes contrato de trabajo, debes regresar a tu país. Si tienes un contrato, puedes quedarte y hacer tus documentos. Esta situación es muy difícil para nosotros. Al inicio, duramos los primeros seis meses que sólo pudimos estar aquí y no trabajar. Ahora mismo ya tenemos el permiso, pero cada seis meses tenemos que ir a renovarlo una y otra vez».

¿Cuál es tu sueño, tus metas para el futuro?

-Mi meta es ser profesional, ser ingeniero, y regalarle una casa a mi mamá y mi papá. Siempre, desde pequeño, toda mi vida, ese fue mi sueño. Aunque todo el mundo quiere hacer dinero, mi sueño principal es graduarme y que mis padres se sientan orgullosos de mí. Mi padre nunca estudió en la universidad, mi madre tampoco. Nadie me ayudaba con la tarea ni me explicaba nada de la materia de la escuela. Siempre me apoyé en los libros.

Desde pequeños yo y mis hermanas siempre hemos trabajado en el campo ayudando a nuestros padres. A los 15 años ya trabajaba sembrando plátanos y maracuyá. Quizás por eso tenemos un pensamiento un poco diferente que el europeo de trabajar, de ahorrar, para ir creciendo poco a poco.

¿Cual es el momento más feliz de tu vida?

Hay muchos. Creo que es el momento en el que llegamos a España y nos encontramos de nuevo con mi madre – eso fue muy emotivo. Y otro, cuando mi madre finalmente pudo comprar un coche aquí en España. ¡Todos estábamos tan felices! Aunque el coche era viejo, para nosotros era nuevo. Pasamos mucho tiempo en remodelarlo poco a poco y cuando lo terminamos, creo que fue el momento más feliz para toda familia.

Creo que a veces tenemos que transformar conscientemente la tristeza en felicidad. Si sucede algo triste, siempre hay una manera de ver el lado positivo.